Reutilización: la importancia de prolongar la vida de los productos
El reciclaje no solo consiste en recoger y clasificar los residuos que se generan a diario, sino en la reutilización de objetos con el objetivo de prolongar su ciclo de vida. Estos pueden emplearse para cumplir una función nueva o como material para crear otros objetos. Por supuesto, la reutilización también hace referencia a cualquier tarea de reparación casera que permita que un determinado producto siga cumpliendo con su cometido —con plena funcionalidad— sin la necesidad de reemplazarlo por uno nuevo.
La espiral consumista es insostenible
La publicidad o el propio sistema imperante impulsan diariamente al consumo masivo. La doctrina es sustituir de manera inmediata las cosas por otras nuevas, sin importar si aún pueden servir o si se les puede dar un uso alternativo. Salir de esta espiral es una forma de revelarse ante esta espiral devastadora para nuestro planeta y de dejar de ser criaturas alineadas y rendidas a los tentáculos de la publicidad.
El objetivo del consumo responsable es concienciar acerca de la necesidad imperiosa de consumir únicamente para cubrir las necesidades reales y no otras creadas por los constantes estímulos publicitarios. ¿Por qué tirar un juguete roto de nuestro hijo si podemos dejarlo como nuevo con un buen adhesivo?
Ventajas de reutilizar artículos cotidianos
Se podría pensar que el hecho de reutilizar una botella de plástico o un tapón de corcho es una acción de poca trascendencia, pero si esta práctica estuviera extendida, los beneficios para el medioambiente serían mayúsculos.
- Ahorro en materias primas: al reutilizar productos evitamos que las empresas fabriquen otros nuevos, ahorrando, de ese modo, los recursos naturales y ayudando a preservar la naturaleza. En el 2021 se ahorrar 1,6 millones de toneladas de materias primas gracias al reciclaje y a la reutilización.
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Disminución del nivel de residuos: en la actualidad, las ciudades afrontan el gran desafío de eliminar centenares de toneladas diarias de basura.
- Si se reutilizaran más productos, el nivel de residuos se reduciría drásticamente y los ayuntamientos tendrían que invertir menos en su eliminación o tratamiento. El dinero ahorrado se podría invertir en áreas tan importantes como la sanidad y la educación.
- Fomento de los valores sociales: cuando promovemos la reutilización de objetos a nivel familiar y comunitario, fomentamos también valores sociales como el altruismo, la equidad, la solidaridad y el compromiso con la sostenibilidad.
Cabe recordar que el reciclaje y la reutilización implican una reducción del trabajo de extracción, transporte y desarrollo de materias primas, lo que se traduce en un menor consumo energético.
De hecho, esto supone un gran problema para la sociedad actual: por un lado, hay cada vez una mayor demanda de energía y, por otro, las fuentes energéticas actuales disponen de recursos limitados y su uso tiene repercusiones ambientales muy graves.
Por tanto, reducir el gasto energético es una prioridad en la actual y las medidas que se están tomando son necesarias, pero insuficientes. Acabar con el actual modelo de consumo exacerbado e impulsar el reciclaje y la reutilización atajan el problema de raíz, ayudando a preservar nuestro entorno ambiental a largo plazo.
Junto a los valores citados, es necesario que se promuevan también las energías renovables y limpias, así como la eficiencia energética para garantizar que la transición a un modelo energético sostenible no se vea limitada por el crecimiento económico y demográfico.