
¿Tienes un peludete en casa? Entonces este artículo es para ti. Es bien cierto que los perros son un miembro más de nuestra familia o si lo prefieres le podemos dar la vuelta a la situación diciendo que somos componentes de su camada, sea como fuere, como parte integrante de nuestra familia que es, hay que cuidarle y protegerle, sobre todo en épocas estivales que es cuando más abunda unos terribles parásitos llamados ixodoideos (garrapatas para los enemigos).
Las garrapatas son unos arácnidos que datan de la época de los dinosaurios y que han sabido permanecer en el tiempo adaptándose a cualquier tipo de circunstancias. Son capaces de subsistir sin alimento permaneciendo en una especie de letargo hasta que encuentran el huésped idóneo (las larvas pueden vivir en el medio ambiente sin alimentarse durante aproximadamente 8 meses, mientras que las ninfas y los adultos pueden hacerlo hasta 19 meses)
Estos seres se pueden adherir al pasear con nuestro compañero, ya que se encuentran entre arbustos, plantas y pasto. Como buen parásito, una vez que alcanzan el cuerpo de nuestro querido can, se desplazan hasta lugares calientes y húmedos del cuerpo, como las axilas, la ingle y el interior de las orejas. Al llegar, introducen su boca (hipostoma) en el perro alimentándose de su sangre. Evitar las garrapatas es importante, debido a que pueden infectarlo con bacterias y otros organismos que causan enfermedad.
Algunas enfermedades que provocan
Cabe destacar que la desparasitación es muy importante y no solo por una causa higiénica o estética sino por cuestiones de salud.
Los efectos de la picadura de las garrapatas son muy variados, pudiendo llegar a causar parálisis y en ocasiones la muerte. Aquí te mostramos algunas de las enfermedades que puede ocasionar:
Anaplasmosis. Esta enfermedad de la garrapata en perros se debe a las bacterias del género anaplasma, que viven en el interior de las células sanguíneas. Los síntomas que incluye son fiebre, letargo, anorexia, cojera, dolores articulares, vómitos, diarrea, descoordinación, convulsiones, anemia, agrandamiento de los ganglios linfáticos, palidez de mucosas, tos, edemas, etc.
Babesiosis. Se caracteriza por la destrucción de los glóbulos rojos. Entre su síntomas cursa un aumento del tamaño del bazo y del hígado, fiebre, intolerancia al ejercicio, sangre en la orina e ictericia.
Enfermedad de Lyme o borreli. Sus efectos son sistémicos como la anorexia, fiebre, depresión, cojera crónica intermitente que afecta alternativamente diversas extremidades y dolor articular. También hay dolor generalizado muscular y articular. En un porcentaje bajo de casos se presenta enfermedad cardíaca, neurológica y renal.
Ehrlichiosis. Entre los signos principales de esta enfermedad se incluyen fiebre, pérdida de peso, fatiga y pérdida del apetito, respiración dificultosa o disnea y rigidez de las extremidades.
El tratamiento de todas estas enfermedades suele ser intensivo e incluye corticoides, antibióticos o fármacos específicos contra los parásitos causantes. Aunque hay que insistir en que lo ideal es la prevención, ya que algunas de estas enfermedades se pueden tratar pero carecen de cura.
Control y prevención
Por aquello que más vale prevenir que lamentar, conviene que nuestro fiel amigo esté protegido frente a estos bichitos tan temibles y temidos. Por suerte, existen varios tratamientos muy efectivos e inocuos al cien por cien para el animal. A continuación relacionamos algunos de ellos:
Pipetas que contengan piretroides (como por ejemplo, permetrina) o fipronil. Se deben aplicar una vez al mes, aunque suelen perder eficacia si el perro está en contacto prolongado con el agua.
Collares antiparasitarios resistentes al agua. Son bastante efectivos, prolongándose su uso desde los seis hasta los ocho meses.
Pastillas. Su efecto dura tres meses.
Igualmente, como tratamiento ambiental, se puede realizar una fumigación mediante el rociado con insecticidas que contengan piretroide.
Extirpar garrapatas
En caso de que el mal ya esté hecho y la garrapata cabalgue ya a lomos de nuestro canino, solo resta eliminarla con mucho cuidado.
Algunos métodos bastante eficaces son:
Extracción con pinzas. Con una pinza de punta fina sujetar la garrapata por el cuerpo, procurando tirar de ella con un movimiento firme, sin girarla en ningún momento, para evitar que quede restos de ella dentro del cuerpo de nuestro fiel compañero, ya que podría infectársele y causarle serios problemas. Para finalizar, limpiar la herida y lavar las manos con agua y jabón.
Desprendimiento con aceite o alcohol. Es un método alternativo a las pinzas y para casos extremos, es decir, cuando el acceso a la garrapata sea arriesgado con la pinza, debido a la situación del parásito (cerca de un ojo, por ejemplo).
Se aconseja que para eliminar la garrapata, una vez extraída, sea sumergida en alcohol o quemada, nunca aplastada con los dedos directamente, ya que aún podría transmitir enfermedades.
Y para finalizar, indicar que por supuesto, siempre resulta una gran ayuda acudir a un veterinario de confianza, él nos asesorará de lo que más conviene a este especial miembro de nuestra familia.
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