Fuerteventura.- Hoy han comenzado a palpitar las ciudades y pueblos gracias a la apertura de algunos negocios de hostelería. Nervios y mucha expectación en el primer día de la Fase 1 de la desescalada en la que los establecimientos se han visto obligados a marcar itinerarios, establecer distancias mínimas entre las mesas y proveer de material de protección a los avezados que hacen, por urgencia, uso de los urinarios en el interior del local.
Para Roberto Salgado, propietario de Cafeteria La Saranda, hoy ha sido “como ir al cole por primera vez”, ha faltado información a tiempo para abrir con tranquilidad y las dudas han sido numerosas, lo que ha provocado incertidumbre y cierto estrés. Sin embargo, la llegada de clientes “animados y con mucha curiosidad” ha generado buenas vibraciones en este primer día en el que únicamente se han servido bebidas. “Ha sido como una primera toma de contacto” y a partir de mañana se abrirá la cocina para servir bocadillos y platos únicos, anuncia.
Una buena noticia no solo para quien espera ansioso a recuperar “cierta normalidad” sino también para los propios empleados que han vuelto a recuperar su trabajo tras verse abocados al ERTE “y que llevan, algunos, desde hace dos meses sin cobrar”. Una situación que genera gran malestar en las familias, denuncia Salgado.
Propietario de otros establecimientos en la zona de Caleta de Fuste, el hostelero no confía en abrir hasta que el turismo se recupere y agradece el gesto del propietario donde se ubican sus negocios que le ha suspendido los pagos del alquiler en este tiempo.
Agradecido y consciente que “en estos momentos nos tenemos que ayudar entre todos”, Salgado ofrece un plato de comida en La Saranda a quien realmente lo necesite. “Será tratado igual que el resto de los clientes”, concluye.
