Cochinilla de Gran Canaria ha viajado hasta Londres para ser utilizada como tinte de madera en los trabajos de réplica de muebles de marquetería que, en su origen, fueron construidos en 1770.
Yannick Chastang Ltd es una empresa británica, ubicada en el condado de Kent, experta en servicios de conservación y restauración de alta calidad para todo tipo de muebles chapados y bronces dorados.
La compañía se fundó en el 2003 y durante este tiempo ha trabajado en la conservación de piezas pertenecientes a museos y colecciones privadas de todo el mundo.
Junto a los trabajos de conservación, esta empresa británica trabaja también en la réplica de muebles utilizando para ello productos naturales, objetivo por el cual se pusieron recientemente en contacto con Lorenzo Pérez, portavoz de la Asociación de Criadores y Exportadores de Cochinilla de las Islas Canarias (Acecican), para comprarle algunos kilos de su producción en Gran Canaria, la cual comercializa a través de la marca Canaturex.
“Los responsables de Yannick Chastang nos explicaron su interés por utilizar nuestra cochinilla para teñir maderas de rojo ya que las que tienen esa tonalidad de manera natural son muy raras y se encuentran fundamentalmente en América del Sur, como es el caso de la madera de Pernambuco, de tonalidad rojiza. Según los expertos británicos”, apunta Lorenzo Pérez, “para conseguir una madera pura de color rojo o rosa lo mejor es usar madera blanca, como la del sicomoro, y utilizar las técnicas de teñido con cochinilla y cloruro de estaño, que se han venido utilizando durante siglos”.
Para el portavoz de Acecican y responsable de Canaturex, el cual sigue embarcado en la lucha por conseguir que a los exportadores de cochinilla de las Islas se les reconozca desde el Ejecutivo regional la posibilidad de recibir ayudas a la exportación a través de los fondos del Posei, la llamada de una empresa de la relevancia de estos conservadores británicos, es de extraordinaria importancia, ya que permite la apertura de nuevas líneas de negocio.
“Líneas que, por lo que he podido comprobar de primera mano serán más fáciles de implementar en el extranjero ya que los museos españoles le han indicado que trabajan con elementos sintéticos de resultado similar; lo que no sé es si, en restauraciones históricas, existiendo materiales de la época, está permitido usar sustitutos químicos, de ahí que haya realizado la oportuna consulta a Patrimonio Nacional”, señala para terminar Lorenzo Pérez.
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